Homenaje a Manuel Muñoz Hidalgo


Desde luego sería un tremendo error intentar siquiera ponderar a una persona exclusivamente por la extensión de su obra, que en este caso lo es, o por los premios obtenidos, que son muchos. Yo sólo le quiero rendir un homenaje a este personaje desconocido de la vida de este país por las inquietudes que provocó en mí sin yo saberlo.
A veces son los detalles macabros u horteras de las personas los que se nos quedan en la memoria, sobre todo de niños, y descartamos los que realmente tienen valor en nuestras vidas, porque seguramente no los reconocemos o no queremos reconocerlos, hoy quiero rendir un sentido homenaje a una persona que dedicó una parte muy importante de su vida a la forja de necios, ablandando el duro metal de los ingratos infantes a base de golpes de inquietud, con la constancia que requiere el trabajo con la ignorancia y la tozudez.
En aquel momento habitábamos en el último aula del primer piso y rondaríamos los diez años aquellos a los que se nos intentó concienciar de una forma silenciosa sobre lo que son las artes escénicas, yo andaba más ocupado en sobrellevar mis problemas que en prestar atención a lo que se nos quería inculcar en nuestros turbios cerebros. Pero el artífice de la “implantación” de inquietudes no cejó un momento, y lo mismo nos involucraba en la construcción de decorados, que nos ponía a cantar en un coro, que ponía en pie alguna obra de teatro clásico. El hacer participar directamente o indirectamente a todos los alumnos en dichos montajes, provocó al menos en mí, la afición a la literatura, al teatro, y al canto; y si bien he de reconocer que como actor en grupos de aficionados nunca he llegado a “mediocre”, en los coros que he estado creo que si he llegado a ser mediocre, que no es poco.
En la obra de teatro “El Tornillo (homenaje a Miguel Hernández)", una mas de todas que publicó este insigne y desgraciadamente no muy conocido escritor español, se relatan las desventuras de un profesor idealista encerrado en una cárcel tras la guerra civil, y que básicamente al final muere por no traicionar sus ideales en un mundo donde los ideales se han convertido en una circunstancia superflua y de la que se podía prescindir en pos de seguir viviendo. Posiblemente D. Manuel tomase de sí algo para el personaje del maestro, este punto, como en cualquier relato solo lleva a la especulación, pero tras leerlo uno llega al mismo convencimiento que seguramente llegó el mientras lo escribía, el comunismo es un ideal que debería estar en todos, pero que en la realidad solamente está en unos pocos elegidos o incautos, y por ello es impracticable, ya que solo genera desgracias entre los que lo abrazan y “tranquilidad” entre quienes lo descartan, o al contrario, dependiendo si dicho sistema político es el régimen establecido en un país o si no lo es.
En mi humilde opinión, estamos aún muy lejos de acércanos a cualquier parecido con dicho “ideal”, y solo es a través del trabajo pedagógico de personas como D. Manuel y del deseable progreso de la sociedad que sea posible llevar a cabo en un futuro una hazaña como es la de que todos nos pongamos de acuerdo en algo sin necesidad de “eliminar” a los discordantes.
Muchos os preguntareis donde está la relación entre la literatura y el progreso, y es sencilla, al igual que el leer te hace imaginar, el escribir te hace razonar y generar ideas propias, simplemente por el mero hecho de ordenar unas ideas para plasmarlas en el papel, y cuando ya tienes ideas propias, puedes compararlas con las ideas de los demás y ver cual te convence más. Si no escribes y tus ideas son de otro, sencillamente sólo puedes compararlas con las de otro diferente al primero y pierdes tu propio criterio para avanzar, y sin el avance de la persona no puede darse el progreso de la sociedad.
Mientras tanto con paciencia y escofina en mano como D. Manuel, hemos de desbastar todas las diferencias que existen en esta sociedad hasta que las condiciones sean las propicias para que se puedan plantear en serio algún ideal que todos compartamos libres de prejuicios y rencores. Creo que este es el principal problema que tienen los autodenominados “partidos de extrema izquierda”, y es que primero hay que dejar atrás el rencor para alcanzar la sociedad que pretenden, y no construirla desde el. Los autodenominados “partidos socialdemócratas” también yerran al intentar llegar al socialismo desde una democracia que aún no existe. Los partidos liberales o conservadores bajo mi punto de vista no tienen sentido alguno al ir contra el progreso de la persona, que no contra el progreso económico y por tanto juegan contra la democracia. (Véase España año 2017).
Total, que tenemos los que pasan de la democracia, los que la omiten y los que la atacan. Me pregunta si no sería deseable que los partidos políticos que forman parte del parlamento español fuesen democráticos, por que así como está el tema tiene mas de farsa que de sistema político, ahí lo dejo. 
Pongámonos metas realizables, primero la igualdad, primero el respeto, primero el amor,  y después construyamos cualquier mundo que este a nuestro alcance, y en eso estamos…  con ideas, sin ideales, pero con ganas de tenerlos.


Gracias D. Manuel por darme las herramientas para pensar por mi mismo.

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